Carlos Luna Ulloa

                              Solian Ser tristes las tardes atenuadas quizas por ese asombroso color rojiso que deja el sol esparcido sobre el cielo, Dios como es distinto, el amanecer, cuando el sol se encuentra consentrado sobre el cielo, y ese punto encandecente, que es un siego sobre el mar, no deja de ser maravilloso, solían ser tardes, así con mi cuaderno sobre la mesa, aletargado por el trazo del sol, mi madre en la salida de mi casa, y la radio sonaba, incansable me acompañaba en mi diario, suplicio, las tareas, los problemas de un niño, las ganas de que el televisor me robara las horas de libertad, todo, eso solía ser un mundo eterno para mi.                              Las caminatas de Sábado en Santiago centro, esos recorridos por las tiendas buscando y dejando, los horarios del día distorsionados, de comida un paseo a los pollitos dicen, y de regalo una pistola de agua, con la cual había soñado todo el mes, esas caminatas a tomar la micro, y la espera de una hora  para lle