Dormidos
Me acuesto pensando que hubiera sido si de niño lautaro hubiera sido un héroe de la talla de el rey Arturo, creo que escuché mi historia de voces cansadas de las derrotas, voz cansada igual que la mía ahora, con arañazos en la espalda y ninguneo en la frente, cuantos en silencio recitamos por el miedo que infunde su sueldo en nuestro alimento. Me acuesto agobiado de lo olvidado que está la araucania que Ercilla grabó en la historia, y cuando el Quijote montado en España le gana en batalla. Dormido eterno a tener que leer de pequeño de Argentinos, Uruguayos, Colombianos, Peruanos, Venezolanos, mientras nuestras letras en silencio permanecían, luego en vez de nutrirnos nos dijeron que eran extranjeros. Me acuesto y pierdo la cuenta de la vergüenza que me da la alegría aletargada de fantasía que guarda la lejanía, ¿donde están? esos que escondidos en el miedo susurrando en los pasillos, imaginan e iluminan este mundo de poderosa poesía, cada uno en su camino debería estar sembrando, par