Tarde
Han visto al sol recostarse sobre las montañas, y su tenue color naranjo rebotando sobre algodones que flotan en aguas celestes eternas. Habrían visto tus ojos los mismos ocasos que vieron los mios, sobre esos valles que entre verde y amarillo seco, pintan la entrada de la noche, un cuadro moderno y melancólico que dormirá, quimera que descanza en mi recuerdo más nuevo. Habrán despedido tus ojos el mismo día que despido, historias que avanzan y nos dejan como pasajeros en las historias de las almas que tocamos. ¿Volveré a despedirme una ves más del lugar al que jamás perteneci?