Carlos Luna Ulloa

Desparramarse Alboreos de queda luz tenue Baja tiniebla de noche que abrasa y quema Infinita quimera incoherente Alejadme del latido esparcidme Reducidme, acalladme, doblegadme Azotadme, crucificadme y no matadme Déjame desangradme en la vida Que mi sangre se vuelva barro Que se revuelque libidinosa en el suelo con la tierra Dejadme verla caer escurridse Desparramarme Desparramarse Agotarse Que quede occisa Muerta, fenecida Sin calor, sin vida Abrazadme, dejadme Miradme inerme sobre tus pies Una hoja al viento, otoño Yo otoño sobre tu primavera Yo un sonido funesto Adolorido un grito salvaje sobre el cielo Un amanecer de ojos negros y sin estrellas Un camino oblicuo, sin sentido Soltadme el torso, no me ostentes como trofeo Mi cuerpo nunca lo fue es un traje ajeno Un horrible traje Soltadme ahora! Dejadme caer Disfrutad el dolor en mi piel exangüe de sangre Mas el fruto que muere vuelve a crecer en el sol Aun

Como cayendo en otoño Suave ante el suspiro de tus labios Que se desenreda en mareas de sabor Suaves chocolates tibios que se derriten En el vaivén de tus piernas Marejadas etéreas de tu luz tus ojos Las estrellas te llenan de color Eres el amanecer de Andrómeda Y el atardecer del círculo polar Magna e inmune al tiempo Sempiterna y seráfica Pero del tiempo jamas

Remansos pinceles que pintan el cielo Tela que vuelve se bandera seráfica Jaféticas nubes oro de nieve voladoras sempiterna Colofón en tu piélago no cabe Sos cautiva del sol fulgurante trazo de bermellón sangre Derramado en el firmamento Lucero eterno que acuna luna en queda Quimera imberbe, inverosímil, abstracta, nunca bizarra Ocaso en resplandor de primavera que en céfiro tibio acaricia tez Que mas bello que el crepúsculo ante el día y después de el Telas de banderas que hacen en la vid miel y en el vino hiel Vino que al quinqué trae gotas de melancolía Cual faro a la marea derrama historias Como no amarte, contemplarte, adorarte, gozarte, vivirte En primavera, amo la tarde Amo su crepúsculo, y su estandarte de etéreo reflejo en el alcor Que como madre en su regazo me llena de sosiego Sos entonces la joya perenne de lozano brillo en mi primavera Mi tarde en primavera, su viento tibio, su olor a hierba ...